Me preparaba a dar una mala noticia a una Sra. de 62 años ( " Maria Luisa "), que presentaba metástasis bilaterales pulmonares, por un cancer de mama.
MONSIGNOR SGRECCIA: IL MALATO TERMINALE HA BISOGNO DI VERITÀ E SOLIDARIETÀ
Monseñor E. Sgreccia : El Enfermo Terminal Necesita Saber la Verdad y Solidaridad
Intervención en un Convenio en Roma sobre " Depresiòn y Cáncer"
Di Mirko Testa ROMA, venerdì, 11 gennaio 2008 (ZENIT.org).- Il medico deve sempre preparare il malato inguaribile alla morte, evitando qualsiasi “congiura del silenzio” e annunciando dove è possibile la “vita che non muore”, sostiene il Presidente della Pontificia Accademia per la Vita.
Este escrito, a propósito de la intervención de E. Sgreccia, Presidente de la Academia Pontificia por la Vida, sobre Depresión y Cáncer, se me ofrecía en el momento más oportuno. Una Divina Providencia, una lectura obligatoria , para ahondar un tema complejo.
Reconocí, a medida que leí este y otros documentos, mi insuficiencia cultural y algo que podía remediar con una cuidadosa " anamnesis": los detalles sobre la personalidad de mi paciente, su entorno social, y sobretodo, los secretos de su corazón y la fortaleza espiritual de su familia. " El médico tiene el deber de preparar al enfermo incurable a la muerte, evitando una ( conjura de silencio) y anunciar donde esto sea posible ( la vida que no muere) ".
Sonó el teléfono, mi secretaria confirmó la nueva cita de la Sra " Maria Luisa" para el día viernes a las tres de la tarde. Respiré profundo, con alivio. Se me concedían 48 horas de plazo, para prepararme, a comunicar la mala noticia a mi paciente con enfermedad incurable. La Divina Providencia , frente a mis ojos, me multiplicaba las herramientas, para comunicarla en sentido clínico y existencial.
Reconocí, a medida que leí este y otros documentos, mi insuficiencia cultural y algo que podía remediar con una cuidadosa " anamnesis": los detalles sobre la personalidad de mi paciente, su entorno social, y sobretodo, los secretos de su corazón y la fortaleza espiritual de su familia. " El médico tiene el deber de preparar al enfermo incurable a la muerte, evitando una ( conjura de silencio) y anunciar donde esto sea posible ( la vida que no muere) ".
Sonó el teléfono, mi secretaria confirmó la nueva cita de la Sra " Maria Luisa" para el día viernes a las tres de la tarde. Respiré profundo, con alivio. Se me concedían 48 horas de plazo, para prepararme, a comunicar la mala noticia a mi paciente con enfermedad incurable. La Divina Providencia , frente a mis ojos, me multiplicaba las herramientas, para comunicarla en sentido clínico y existencial.
El Triunfo de la Divina Providencia Fresco del palacio Barberini. Roma. |
De nuevo presentes, médico y paciente, frente a frente.
Se asoman a la ventana como fantasmas: El miedo , la esperanza, la culpabilidad por el fracaso terapéutico, la tentación terapéutica ( ensañamiento).
La verdad de la muerte.
El rostro de la incurabilidad.
Turbada mi alma buscaba paz, recordaba el poema aprendido en el colegio:
Rubén Darío
Thanatos
En medio del camino de la Vida...
dijo Dante. Su verso se convierte: En medio del camino de la Muerte.
Y no hay que aborrecer a la ignorada
emperatriz y reina de la Nada.
Por ella nuestra tela está tejida,
y ella en la copa de los sueños vierte
un contrario nepente: ¡ella no olvida!
Esta lectura me tranquilizó. Me visualicé en el lecho de muerte.
Hice literalmente las paces con la reina de la Nada.
Hice literalmente las paces con la reina de la Nada.
Al terminar esa lectura, parecía que mi espíritu había disipado el pensamiento de muerte que me atormentaba. Se alejó de mi también, el pensamiento terapéutico, "¡ ella no olvida! .
Hablando de la correcta aproximación comunicativa con el paciente incurable, Sgreccia , hace sus laudes al modelo de " Apertura Individualizada " que se despliega como una declaración de amistad médica, que se fundamenta en el derecho a la información del paciente, y pone una carga asistencial al médico, además de responsabilizarlo frente a la tarea de acompañamiento en el curso de su enfermedad.
La conciencia moral está presente ya, en el médico hipocrático, en el médico romano, ( De Beneficiis, VI,16), Séneca, presenta el amor ( amistad ) que el mismo Platón en Lysis ( 217 a) , “ el paciente se convierte en amigo de su médico a causa de su enfermedad ”.
Volvemos a nuestro amado Rubén:
El 24 de diciembre en León en su lecho de enfermo: cuando se presenta el periodista Huezo, su amigo, Rubén se reanima y conversa de forma inusitada. Frente a la muerte en privado, habla por primera vez, sin temor. ( slide 9. Manuel Maldonado Garcia)
En Prosas Profanas , El Coloquio de los Centauros:
ARNEO
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana.
QUIRÓN
La Muerte es la victoria de la progenie humana.
MEDÓN
¡La Muerte! Yo la he visto. No es demacrada y mustia
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia.
Es semejante a Diana, casta y virgen como ella;
en su rostro hay la gracia de la núbil doncella
y lleva una guirnalda de rosas siderales.
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales,
y en su diestra una copa con agua del olvido.
A sus pies, como un perro, yace un amor dormido.
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana.
QUIRÓN
La Muerte es la victoria de la progenie humana.
MEDÓN
¡La Muerte! Yo la he visto. No es demacrada y mustia
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia.
Es semejante a Diana, casta y virgen como ella;
en su rostro hay la gracia de la núbil doncella
y lleva una guirnalda de rosas siderales.
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales,
y en su diestra una copa con agua del olvido.
A sus pies, como un perro, yace un amor dormido.
Sgreccia, se opone a toda " conjura de silencio", que " impide al paciente a prepararse al desenlace de la muerte", nos sugiere proceder con manos de enfermera, evitando toda comunicación drástica, dejándonos claro que " debemos evitar la menzoña" y brindar al paciente " garantía, esperanza y asistencia ", con esa manos delicadas " comunicar la verdad con gradualidad " en " el momento apropiado ", usando " un lenguaje apropiado y comprensible" y " siempre acompañado de solidariedad ".
El diálogo de Rubén prosigue:
A las preguntas que le hace el prelado en materia de fe, contesta de manera clara y audible: " si creo".
En seguida abre la boca para recibir el pan eucarístico y después hablña al sacerdote:
" Monseñor, beso la mano. ¡ Muchas gracias ! Me felicito de haber recibido el pan de los fuertes ".
A las preguntas que le hace el prelado en materia de fe, contesta de manera clara y audible: " si creo".
En seguida abre la boca para recibir el pan eucarístico y después hablña al sacerdote:
" Monseñor, beso la mano. ¡ Muchas gracias ! Me felicito de haber recibido el pan de los fuertes ".
Sgreccia luego nos invita a hacer una lectura sobre la muerte, el proceso de muerte y el duelo, de Elisabeth Kübler-Ross, M.D.para que no olvidemos sus fases durante el proceso de acompañamiento: Negaciòn , rabia, negociaciòn, depresiòn y aceptación de la enfermedad.
Sgreccia con esta lectura nos invita a estar atentos: " es necesario que la verdad clínica, se articule con las verdades antropológicas, con el sentido global de la vida " .
José de Ribera...Comentarios |
“Lo sforzo maggiore sta nel presentare questa verità in senso salvifico”, nel costruire un percorso con il paziente negli anni o nella brevità della malattia e “proporre, laddove possibile, l'annuncio della vita che non muore e la rivelazione del Cristo morto e risorto, presente e operante in ogni uomo che soffre”.
" El esfuerzo mayor consiste en presentar esta verdad en sentido de salvífico " es decir que durante el acompañamiento,sea que sea breve o dure algunos años, " proponer donde sea posible, el anuncio de la vida que no muere y la revelaciòn de Cristo muerto y resuscitado, presente y operante en cada hombre que sufre".
Mis recuerdos me llevan a Ligia , mi Beatriz del colegio Bautista, siempre declamando los poemas de Rubén:
A los Poetas Risueños
Universidad de Sevilla Fondos Digitales |
Anacreonte, padre de la sana alegría;
Ovidio, sacerdote de la ciencia amorosa;
Quevedo, en cuyo cáliz licor jovial rebosa;
Banville, insigne orfeo de la sacra Harmonía,
Ovidio, sacerdote de la ciencia amorosa;
Quevedo, en cuyo cáliz licor jovial rebosa;
Banville, insigne orfeo de la sacra Harmonía,
y con vosotros toda la grey hija del día,
a quien habla el amante corazón de la rosa,
abejas que fabrican sobre la humana prosa
en sus Himetos mágicos mieles de poesía:
Prefiero vuestra risa sonora, vuestra musa
risueña, vuestros versos perfumados de vino,
a los versos de sombra y a la canción confusa
que opone el numen bárbaro al resplandor latino;
y ante la fiera máscara de la fatal Medusa,
medrosa huye mi alondra de canto cristalino.
Don Francisco de Quevedo y Villegas es sin duda un maestro de la literatura castellana.
Ahora comprendo por qué mi amado poeta, teje mis recuerdos, para ahondar mi reflexión sobre la muerte, parece invitarme a leer los versos de Don Francisco, esos mismos que tradujo personalmente del griego al castellano.
El Manual de Epicteto o Enquiridión:
" No son las cosas mismas
las que al hombre alborotan y le espantan,
sino las opiniones engañosas
que tiene el hombre de las mismas cosas:
como se ve en la muerte,
que, si con la luz de la verdad se advierte,
no es molesta por si, que si lo fuera,
a Sócrates molesta pareciera:
son en la muerte duras,
cuando, necios, tememos padecella,
las opiniones que tenemos della;
y siendo esto en la muerte verdad clara,
que es la más formidable y espantosa,
lo propio has de juzgar de cualquier cosa.
Por eso, cuantas veces
tu seso le turbaren ilusiones,
culparás a tus propias opiniones
y no a las cosas mismas,
ya propias o ajenas,
pues ellas en su ser todas son buenas.
Por eso debes advertir en todo
que quien por su maldad o desprecio
al otro culpa es necio:
que quien se culpa a sí, y a nadie culpa,
ya que no es ignorante,
es solamente honesto principiante;
mas el varón que ni a si ni a otro acusa,
en cualquiera trabajo o accidente,
es el sabio y el bueno juntamente ".
(190-218)
Pido al lector seguir la lectura de los 1988 versos , en el enlace que acompaña la bibliografía, baste aqui, hacer enfasis en la necesidad de hacer una atenta lectura del filósofo de Frigia, al propósito, de nuestro escrito: El moribundo , ( el paciente con enfermedad incurable) , trae consigo madurez y coraje a los que lo acompañan, puede convertirse en " maestro de vida " .
El pontifice en Spes salvi:
38. "La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana. A su vez, la sociedad no puede aceptar a los que sufren y sostenerlos en su dolencia si los individuos mismos no son capaces de hacerlo y, en fin, el individuo no puede aceptar el sufrimiento del otro si no logra encontrar personalmente en el sufrimiento un sentido, un camino de purificación y maduración, un camino de esperanza. En efecto, aceptar al otro que sufre significa asumir de alguna manera su sufrimiento, de modo que éste llegue a ser también mío. Pero precisamente porque ahora se ha convertido en sufrimiento compartido, en el cual se da la presencia de un otro, este sufrimiento queda traspasado por la luz del amor. La palabra latina consolatio, consolación, lo expresa de manera muy bella, sugiriendo un « ser-con » en la soledad, que entonces ya no es soledad. Pero también la capacidad de aceptar el sufrimiento por amor del bien, de la verdad y de la justicia, es constitutiva de la grandeza de la humanidad porque, en definitiva, cuando mi bienestar, mi incolumidad, es más importante que la verdad y la justicia, entonces prevalece el dominio del más fuerte; entonces reinan la violencia y la mentira. La verdad y la justicia han de estar por encima de mi comodidad e incolumidad física, de otro modo mi propia vida se convierte en mentira. Y también el « sí » al amor es fuente de sufrimiento, porque el amor exige siempre nuevas renuncias de mi yo, en las cuales me dejo modelar y herir. En efecto, no puede existir el amor sin esta renuncia también dolorosa para mí, de otro modo se convierte en puro egoísmo y, con ello, se anula a sí mismo como amor ".
La vida eterna – ¿qué es?
10. ... "La fe es la sustancia de la esperanza. Pero entonces surge la cuestión: ¿De verdad queremos esto: vivir eternamente? Tal vez muchas personas rechazan hoy la fe simplemente porque la vida eterna no les parece algo deseable. En modo alguno quieren la vida eterna, sino la presente y, para esto, la fe en la vida eterna les parece más bien un obstáculo. Seguir viviendo para siempre –sin fin– parece más una condena que un don. Ciertamente, se querría aplazar la muerte lo más posible. Pero vivir siempre, sin un término, sólo sería a fin de cuentas aburrido y al final insoportable. Esto es lo que dice precisamente, por ejemplo, el Padre de la Iglesia Ambrosio en el sermón fúnebre por su hermano difunto Sátiro: « Es verdad que la muerte no formaba parte de nuestra naturaleza, sino que se introdujo en ella; Dios no instituyó la muerte desde el principio, sino que nos la dio como un remedio [...]. En efecto, la vida del hombre, condenada por culpa del pecado a un duro trabajo y a un sufrimiento intolerable, comenzó a ser digna de lástima: era necesario dar un fin a estos males, de modo que la muerte restituyera lo que la vida había perdido. La inmortalidad, en efecto, es más una carga que un bien, si no entra en juego la gracia »[6]. Y Ambrosio ya había dicho poco antes: « No debemos deplorar la muerte, ya que es causa de salvación »[7].
Frente a esta problemática los médicos no podemos recurrir a la ciencia empírica, esta se mantiene al exterior del acto de morir, se presenta como un momento, es un proceso sujeto al análisis, como morbo, pero al darse, es un momento , que se fuga , se nos escapa. El hombre que sabe morir tiene conciencia y sabe morir , por su conciencia espiritual. La agonía parece cobrar sentido, cuando la entiende , mejor dicho cuando comenzamos a comprender que ésta , es apertura a la eternidad, una victoria sobre la realidad inmanente, en el instante mismo que el presente y la eternidad se tocan, alli mismo donde ese tiempo a venir , que falta, toma sentido por la conciencia de la Trascendencia.Para Sgreccia es necesario : " el anuncio en clave salvífica y escatológica" sin dejar a un lado nuestro deber de dar al paciente la correcta información y la imprescindible " pietas".
Bueno queridos lectores , dentro de una hora llegará " Maria Luisa", me queda el interrogante
¿ Cómo enfrentara su enfermedad ?.
He a caso adquirido las habilidades comunicativas para ayudarle a no rendirse a la desesperación y abrirse a la esperanza ?.
Una vez más Señor, dame tu Providencia.
Pater noster, qui est in caeli:
sanctificetur nomem tuum.
Adveniat regnum tuum.
Epitteto: Diairesi, antidiairesi e felicità (en italiano)
Epicteto y el 'Enquiridión' (monográfico) — José Antonio Bielsa
Enquiridion o El manual de Epicteto — Traducción de Denes Martos
¿ Por qué sufro cuando sufro? Carlos G Valle, s.j.
Ed. Sal Terrae en España. 1993.
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