INRI

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"Si, Creo". ¡ Muchas gracias ! Me felicito de haber recibido el pan de los fuertes ".

Diálogo: (Kalos Logos)

La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad.
Por eso proponemos un blog, como lugar de encuentro, para regocijarnos con la ciencia, para cultivar el Ars médica , la música, la literatura,la pintura. Desde nuestra posición bioética personalista ontologicamente fundamentada, queremos dialogar con la Fe , conciliarnos con la éticas: deontológica de Kant,la ética de la virtud, las éticas teleológicas, el humanismo integral de Jacques Maritain, otras que deseen ahondar en el misterio y la dignidad de la persona humana.

Tienen Uds. el Kalos Logos, adelante...
Código Médico Minsa
Nicaragua, Reg. 7799.

Este blog esta dirigido a los especialistas de las ciencias de la vida, especialistas de la medicina, estudiosos de la ética médica, bioética y de las humanidades médicas.

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jueves, 28 de junio de 2012

Epicteto El Enquiridión . Anotaciones Sobre la Muerte

Me  preparaba  a  dar  una  mala  noticia  a una  Sra.  de  62 años ( " Maria  Luisa "), que presentaba  metástasis  bilaterales  pulmonares, por un  cancer de mama. 
MONSIGNOR SGRECCIA: IL MALATO TERMINALE HA BISOGNO DI VERITÀ E SOLIDARIETÀ
Monseñor  E. Sgreccia : El  Enfermo  Terminal Necesita Saber la  Verdad y Solidaridad    
Intervención  en un Convenio en Roma sobre " Depresiòn  y Cáncer"
Di Mirko Testa ROMA, venerdì, 11 gennaio 2008 (ZENIT.org).- Il medico deve sempre preparare il malato inguaribile alla morte, evitando qualsiasi “congiura del silenzio” e annunciando dove è possibile la “vita che non muore”, sostiene il Presidente della Pontificia Accademia per la Vita.
Este  escrito,  a propósito  de la  intervención  de  E. Sgreccia, Presidente  de la  Academia  Pontificia  por la  Vida, sobre Depresión  y  Cáncer,  se me  ofrecía en  el momento  más  oportuno.    Una Divina  Providencia, una lectura obligatoria , para ahondar un  tema complejo. 
Reconocí, a medida que  leí este y otros  documentos,  mi  insuficiencia cultural   y  algo  que podía  remediar  con una  cuidadosa  " anamnesis":   los  detalles  sobre la personalidad de mi paciente, su entorno social, y  sobretodo, los  secretos  de  su corazón   y  la fortaleza espiritual  de su familia. " El  médico tiene  el  deber de preparar  al  enfermo incurable  a  la  muerte,  evitando  una  ( conjura de silencio)   y  anunciar  donde esto sea posible   ( la  vida  que no muere) ".                                       
Sonó  el  teléfono,   mi  secretaria  confirmó  la nueva  cita de la  Sra " Maria  Luisa" para el  día viernes  a las  tres de la  tarde.  Respiré profundo, con  alivio. Se me concedían  48  horas de plazo, para prepararme,  a  comunicar  la mala  noticia  a  mi  paciente  con enfermedad  incurable. La  Divina  Providencia , frente a mis ojos,  me  multiplicaba  las  herramientas, para comunicarla en sentido  clínico  y existencial.
El Triunfo  de  la  Divina  Providencia
Fresco del palacio Barberini. Roma.
Decidí  hacer una pausa profiláctica de entrenamiento  autógeno. Cargado de energía  me dí  a la  tarea. Una  tarea  totalmente inédita.  Estaba  consciente, que cada persona  es un universo, el hombre  es  un microuniverso,   así  lo  describe  Demócrito:  " El  fin  de ese uno  es el  fin  de un universo ".
De  nuevo presentes, médico  y paciente, frente  a frente.
Se asoman  a la  ventana  como fantasmas:  El miedo , la  esperanza, la  culpabilidad por el fracaso terapéutico, la tentación terapéutica                           ( ensañamiento).
La  verdad  de la  muerte.
El  rostro  de la incurabilidad.
Turbada mi  alma  buscaba paz, recordaba el poema aprendido en el  colegio: 

Rubén  Darío

Thanatos

En medio del camino de la Vida... 
dijo Dante. Su verso se convierte: 
En medio del camino de la Muerte. 

Y no hay que aborrecer a la ignorada 
emperatriz y reina de la Nada. 
Por ella nuestra tela está tejida, 
y ella en la copa de los sueños vierte 
un contrario nepente: ¡ella no olvida!

Esta lectura  me  tranquilizó.  Me  visualicé en el lecho de muerte.
Hice literalmente las paces  con la  reina de la Nada.
Al  terminar  esa lectura,  parecía  que mi espíritu había  disipado  el pensamiento de muerte que me atormentaba. Se alejó de mi también,  el  pensamiento terapéutico,  "¡ ella  no olvida! .
Hablando  de la  correcta aproximación  comunicativa   con el paciente incurable,  Sgreccia  , hace  sus  laudes al modelo  de  " Apertura Individualizada "  que  se despliega  como una  declaración de  amistad  médica, que se fundamenta  en  el derecho a la información  del  paciente,   y  pone  una  carga asistencial al médico, además  de responsabilizarlo  frente a la tarea  de  acompañamiento  en  el curso de su enfermedad.
La  conciencia moral está presente ya, en el médico hipocrático, en el médico romano, ( De Beneficiis, VI,16),  Séneca,  presenta el amor ( amistad ) que el mismo  Platón en   Lysis ( 217 a) , “  el  paciente se convierte en amigo de su médico  a causa de su  enfermedad ”.
Volvemos  a  nuestro amado Rubén:
El  24  de  diciembre en León  en su lecho de enfermo: cuando  se presenta el periodista Huezo, su amigo, Rubén  se reanima y conversa de forma inusitada. Frente  a la  muerte en privado, habla por primera vez, sin temor. ( slide  9. Manuel  Maldonado  Garcia)
En Prosas  Profanas , El  Coloquio  de los  Centauros:
ARNEO 
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana. 
QUIRÓN 
La Muerte es la victoria de la progenie humana. 
MEDÓN 
¡La Muerte! Yo la he visto. No es demacrada y mustia 
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia. 
Es semejante a Diana, casta y virgen como ella; 
en su rostro hay la gracia de la núbil doncella 
y lleva una guirnalda de rosas siderales. 
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales, 
y en su diestra una copa con agua del olvido. 
A sus pies, como un perro, yace un amor dormido. 
Sgreccia, se opone  a toda  " conjura de silencio",  que  " impide  al paciente a  prepararse al  desenlace de la  muerte",  nos  sugiere  proceder  con manos de enfermera, evitando  toda  comunicación  drástica,  dejándonos  claro que " debemos evitar  la  menzoña" y  brindar al paciente "  garantía, esperanza  y  asistencia ", con esa manos  delicadas   " comunicar la verdad con gradualidad "  en   "  el momento apropiado ", usando  " un lenguaje apropiado y comprensible" y  " siempre  acompañado  de  solidariedad ".
El  diálogo de  Rubén  prosigue:


A las  preguntas  que  le  hace el  prelado en  materia  de fe, contesta de  manera  clara y  audible:  " si  creo".
En  seguida  abre la boca  para  recibir el  pan  eucarístico y  después hablña  al  sacerdote:
" Monseñor,  beso la  mano. ¡ Muchas  gracias ! Me  felicito  de haber  recibido el pan  de los  fuertes ".
Sgreccia  luego  nos invita  a hacer una lectura sobre la  muerte, el  proceso de muerte y el duelo, de  Elisabeth  Kübler-Ross, M.D.para que no olvidemos  sus fases  durante el proceso de acompañamiento:  Negaciòn , rabia, negociaciòn,   depresiòn  y aceptación de la  enfermedad.
Sgreccia   con esta lectura  nos invita  a estar atentos: "  es necesario  que  la  verdad  clínica, se articule con las  verdades  antropológicas, con el sentido  global  de la  vida " .   
José de  Ribera...Comentarios
“Lo sforzo maggiore sta nel presentare questa verità in senso salvifico”, nel costruire un percorso con il paziente negli anni o nella brevità della malattia e “proporre, laddove possibile, l'annuncio della vita che non muore e la rivelazione del Cristo morto e risorto, presente e operante in ogni uomo che soffre”.

" El  esfuerzo mayor  consiste  en  presentar  esta verdad en sentido  de salvífico " es  decir   que  durante el acompañamiento,sea  que sea breve o  dure algunos años, " proponer  donde sea  posible, el anuncio de la  vida que no muere y la revelaciòn  de  Cristo muerto  y  resuscitado, presente  y operante  en  cada hombre que sufre".

Mis  recuerdos   me  llevan  a  Ligia ,  mi  Beatriz  del  colegio  Bautista, siempre  declamando  los  poemas   de  Rubén:

A los  Poetas  Risueños


Universidad  de  Sevilla  Fondos  Digitales
Anacreonte, padre de la sana alegría; 
Ovidio, sacerdote de la ciencia amorosa; 
Quevedo, en cuyo cáliz licor jovial rebosa; 
Banville, insigne orfeo de la sacra Harmonía, 

y con vosotros toda la grey hija del día, 
a quien habla el amante corazón de la rosa, 
abejas que fabrican sobre la humana prosa 
en sus Himetos mágicos mieles de poesía: 

Prefiero vuestra risa sonora, vuestra musa 
risueña, vuestros versos perfumados de vino, 
a los versos de sombra y a la canción confusa 

que opone el numen bárbaro al resplandor latino; 
y ante la fiera máscara de la fatal Medusa, 
medrosa huye mi alondra de canto cristalino.

Don  Francisco  de  Quevedo  y Villegas  es  sin  duda  un  maestro  de la  literatura  castellana.
Ahora  comprendo  por qué   mi  amado  poeta,  teje  mis  recuerdos, para  ahondar  mi reflexión  sobre la  muerte,   parece  invitarme   a leer   los  versos de  Don  Francisco,  esos  mismos   que  tradujo personalmente del  griego al  castellano.

El  Manual de  Epicteto o  Enquiridión:

" No  son las  cosas  mismas
las  que al  hombre alborotan  y  le espantan,
sino las opiniones  engañosas 
que tiene el hombre de las mismas  cosas:
como  se ve en la muerte,
que,  si con la luz  de la verdad se advierte,  
no  es  molesta   por  si, que si lo  fuera,
a  Sócrates molesta  pareciera:
son  en la muerte  duras,
cuando, necios, tememos padecella,
las opiniones  que tenemos della;
y  siendo esto en la muerte  verdad  clara, 
que  es la más  formidable  y espantosa,
lo propio  has de juzgar  de  cualquier cosa.

Por  eso,  cuantas  veces
tu  seso  le  turbaren ilusiones,
culparás  a tus  propias opiniones
y  no  a las cosas mismas,
ya  propias o ajenas, 
pues  ellas en su ser  todas son buenas.

Por eso  debes advertir  en  todo
que  quien por su maldad  o  desprecio
al otro  culpa es necio:
que  quien se culpa  a sí, y  a nadie  culpa, 
ya  que no  es  ignorante, 
es  solamente  honesto principiante;
mas el  varón que ni  a si  ni  a otro  acusa,
en  cualquiera trabajo  o  accidente,
es el  sabio  y el bueno  juntamente ".
(190-218)   
Pido  al lector   seguir  la  lectura  de los  1988  versos , en  el  enlace que  acompaña la  bibliografía,  baste aqui,    hacer enfasis  en la necesidad  de  hacer una    atenta lectura  del   filósofo  de  Frigia, al  propósito, de nuestro escrito:  El  moribundo , ( el paciente  con  enfermedad  incurable) ,  trae  consigo  madurez y  coraje  a  los  que lo acompañan, puede  convertirse en " maestro  de  vida "  . 
El pontifice en  Spes  salvi:

38.  "La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana. A su vez, la sociedad no puede aceptar a los que sufren y sostenerlos en su dolencia si los individuos mismos no son capaces de hacerlo y, en fin, el individuo no puede aceptar el sufrimiento del otro si no logra encontrar personalmente en el sufrimiento un sentido, un camino de purificación y maduración, un camino de esperanza. En efecto, aceptar al otro que sufre significa asumir de alguna manera su sufrimiento, de modo que éste llegue a ser también mío. Pero precisamente porque ahora se ha convertido en sufrimiento compartido, en el cual se da la presencia de un otro, este sufrimiento queda traspasado por la luz del amor. La palabra latina consolatio, consolación, lo expresa de manera muy bella, sugiriendo un « ser-con » en la soledad, que entonces ya no es soledad. Pero también la capacidad de aceptar el sufrimiento por amor del bien, de la verdad y de la justicia, es constitutiva de la grandeza de la humanidad porque, en definitiva, cuando mi bienestar, mi incolumidad, es más importante que la verdad y la justicia, entonces prevalece el dominio del más fuerte; entonces reinan la violencia y la mentira. La verdad y la justicia han de estar por encima de mi comodidad e incolumidad física, de otro modo mi propia vida se convierte en mentira. Y también el « sí » al amor es fuente de sufrimiento, porque el amor exige siempre nuevas renuncias de mi yo, en las cuales me dejo modelar y herir. En efecto, no puede existir el amor sin esta renuncia también dolorosa para mí, de otro modo se convierte en puro egoísmo y, con ello, se anula a sí mismo como amor ". 
La vida eterna – ¿qué es?

10. ...  "La fe es la sustancia de la esperanza. Pero entonces surge la cuestión: ¿De verdad queremos esto: vivir eternamente? Tal vez muchas personas rechazan hoy la fe simplemente porque la vida eterna no les parece algo deseable. En modo alguno quieren la vida eterna, sino la presente y, para esto, la fe en la vida eterna les parece más bien un obstáculo. Seguir viviendo para siempre –sin fin– parece más una condena que un don. Ciertamente, se querría aplazar la muerte lo más posible. Pero vivir siempre, sin un término, sólo sería a fin de cuentas aburrido y al final insoportable. Esto es lo que dice precisamente, por ejemplo, el Padre de la Iglesia Ambrosio en el sermón fúnebre por su hermano difunto Sátiro: « Es verdad que la muerte no formaba parte de nuestra naturaleza, sino que se introdujo en ella; Dios no instituyó la muerte desde el principio, sino que nos la dio como un remedio [...]. En efecto, la vida del hombre, condenada por culpa del pecado a un duro trabajo y a un sufrimiento intolerable, comenzó a ser digna de lástima: era necesario dar un fin a estos males, de modo que la muerte restituyera lo que la vida había perdido. La inmortalidad, en efecto, es más una carga que un bien, si no entra en juego la gracia »[6]Y Ambrosio ya había dicho poco antes: « No debemos deplorar la muerte, ya que es causa de salvación »[7].

Frente  a esta  problemática   los  médicos no podemos  recurrir  a  la  ciencia  empírica, esta se mantiene  al  exterior  del  acto  de morir, se presenta  como un momento, es  un proceso sujeto  al análisis, como morbo,  pero al darse, es un momento ,  que se fuga  , se nos  escapa. El  hombre que sabe morir    tiene conciencia y  sabe  morir , por  su conciencia espiritual.   La  agonía  parece  cobrar sentido, cuando la entiende , mejor  dicho  cuando comenzamos a comprender que ésta , es apertura a  la  eternidad, una  victoria  sobre la realidad inmanente,  en  el instante mismo que  el  presente y  la  eternidad se tocan,  alli mismo  donde  ese  tiempo  a venir ,  que falta,    toma sentido  por la conciencia  de la  Trascendencia.
Para  Sgreccia  es  necesario :  "  el  anuncio  en  clave  salvífica y escatológica"  sin  dejar a un lado nuestro  deber   de dar al paciente  la  correcta información  y la   imprescindible  " pietas".
Bueno  queridos  lectores , dentro de una hora  llegará " Maria  Luisa",  me  queda el interrogante
¿ Cómo  enfrentara su enfermedad ?.
He a caso adquirido las  habilidades comunicativas  para ayudarle a  no rendirse a la  desesperación y  abrirse a la esperanza ?.

Una  vez más  Señor, dame tu Providencia.
Pater noster, qui est  in caeli:
sanctificetur nomem tuum.
Adveniat  regnum  tuum.

  Bibliografía.



Epicteto y el 'Enquiridión' (monográfico) — José Antonio Bielsa

Enquiridion o El manual de Epicteto — Traducción de Denes Martos


¿ Por qué  sufro  cuando  sufro?  Carlos  G  Valle, s.j.
Ed.  Sal  Terrae en   España. 1993.

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